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Don Martín Ibarra Benlloch: "La labor caritativa y social de los mártires de Barbastro y de Lérida"

Esta labor caritativa y social ha sido una constante en la Iglesia católica. Y ha sido realizada de diferentes maneras. 

Dentro de la diócesis de Barbastro y Lérida -hay en ellas muchas cosas comunes- la primera era de carácter rural, tenía en torno a 130 sacerdotes diocesanos, así como un número considerable de religiosos. De este total, dedicados específicamente a la labor social, eran 53 personas. Habría que añadir una serie de actividades vinculadas como los Terciarios Franciscanos (a la que pertenecía el Pelé).

De los sacerdotes diocesanos, la mayoría eran hijos de pequeños pueblos, y tenían el futuro de pequeños agricultores, ganaderos o artesanos. No todos estaban alfabetizados, pero cuando iban al Seminario, recibían una formación; esta les capacitaba más si cabe a nivel humano y les daba la posibilidad de ayudar a los demás. 

Por un ejemplo: Don Santos Gil. Demostró su mucha caridad y abnegación en una epidemia de viruela, sin miedo al contagio. Importante porque no había comunidades religiosas en todos los pueblos y allí donde no había los sacerdotes desempeñaban la labor caritativa por duplicado.

Otro: Don Ramón Rabal Laplana. Se dice que estaba muy compenetrado con sus feligreses; que era muy aficionado a las cosas del campo. 

Por otra parte, el obispado de Lérida: con más habitantes que Barbastro, había unos 400 sacerdotes, de los cuales más de la mitad fueron martirizados. Hubo numerosas congregaciones dedicadas en exclusiva a la labor social.

Al respecto, hay que mencionar la celebración del "Año santo de la Redención": don Manuel Irurita comentaba que había que hacer una serie de cosas: peregrinaciones, misiones parroquiales, ejercicios, apostolados, obras de caridad y adoración eucarística. Cuando comienza la Segunda República, se constituye en una labor perseguida. También por entonces, se pone de moda proyectar películas: se prohibió en octubre del año 32, cuando se inaugura el cine Coliseo, promovido por un miembro del partido radical, con una línea de películas distinta. Al tiempo, en parroquias continuaba la actividad del cuidado de los jóvenes: por ejemplo, el párroco de Fraga consiguió reunir los fines de semana a 400 niños en el cinematógrafo; lo que significa que había muchas familias que confiaban en el párroco. Este murió mártir. De esta juventud que se crio en torno a la Iglesia, luego surgieron confesores y mártires, lo que no es algo desdeñable.

En Lérida hubo una iniciativa que consistía en que voluntarios iban a dar clase y catequesis a los hijos de lo obreros de forma gratuita. Siempre encontraban una lluvia de piedras de los oponentes, amenazas de muerte... Y esto no aparecía en los periódicos. El sacerdote responsable decidió parar la actividad para evitar el peligro. Es una muestra de la persecución que ya había antes de la Guerra. 

Las Siervas de María no quedaron al margen de los ataques a las actividades religiosas: se sustituye la asistencia religiosa en las casas de caridad. No puede haber presencia pública de la religión. Se las expulsa pronto de los conventos; se asesina al capellán. Son cacheadas y tratadas como a criminales (eran 42 hermanas), con gente que las insultaba por el camino. Además, no podemos olvidar la confiscación y quema de los edificios religiosos que continuaba practicándose y que afectaba a las Hermanas. 

En cuanto a las Hijas de la Caridad, cuando se libera Barbastro, regresan algunas y se ponen a trabajar de inmediato. Fueron un bálsamo para unos y otros. 
 

Los mártires de Acción Católica fueron muchísimos; para hacerles daño, asesinaron a los capellanes.

De la Conferencia de San Vicente de Paúl de Barbastro, que se constituía con empresarios que visitaban enfermos los domingos, también hubo un número considerable de mártires porque eran personas muy significadas, de las que se sabían los movimientos; no por ello dejaron de hacer el bien entre los necesitados.

Y el "Pelé", mártir del Rosario. Es viudo, gitano, pobre, analfabeto... y devoto del rosario.  No tiene miedo a los que buscan una nueva sociedad sin Dios. Y murió por Amor a Cristo y a su Iglesia, rezando.

Y la gran pregunta: ¿Hubo relación entre acción social y persecución religiosa? Sí, todos aquellos que dedicaron sus vidas a los demás, fueron martirizados, pero porque eran religiosos y desmontaban la idea que se tenía de la Iglesia. A las hermanas no las martirizaron pero las persiguieron por no querer dejar el hábito. Todos murieron y se sacrificaron por su fe y por su esperanza.  

En definitiva: "Dios reina desde la Cruz". 

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