Granada
Granada es una ciudad hermosa, eso es de sobra sabido. Pero la belleza no la libró de ser una de las zonas que tuvo que llorar más pérdidas. En concreto, la diócesis de Guadix fue de las que más sufrió el azote del odio traducido en muertes por causa de la fe.
En las cuevas de Guadix estuvo San Pedro Poveda, una barriada de las afueras donde vivían los más desfavorecidos de la ciudad. Allí dio esperanza, los "hizo personas", como recodaría después, uno de los niños que allá por el 1903 pudo conocer al Santo.
El obispo Medina Olmos fue uno de los trece obispos martirizados durante la guerra. Estaba al cargo de la diócesis de Guadix cuando empezó la contienda. No le sorprendió como muchos afirman, sino que permaneció allí hasta que pudo para ayudar siempre a los necesitados. Lo asesinaron en Almería el 30 de agosto.